Desperté, no quería hacerlo... tenía miedo de enfrentar el mundo una vez más... tenía miedo de ver que el futuro me estaba alcanzando y que al final todo cambiaba de acuerdo a lo que la naturaleza marca.

Siempre tuve miedo a envejecer y dejar a trás esa parte infantil que me hacía ser quien soy, siempre tuve miedo que llegara el día en el que tuviera que madurar y encerrar en una habitación de mi alma a aquel pequeño niño que se negaba a crecer, aquel que soñaba y jugaba y reía y depia que todo podía ser posible si lo deseaba con todas las fuerzas de mi corazón.

Despues de todo, 25 años te indican que debes ser alguien diferente, debes crecer y "madurar" para adaptarte al mundo de los adultos... y muchas veces "madurar" implica matar nuestra capacidad de soñar y de desear con aquella inocencia que sigue existiendo dentro de nosotros, y descubrir que el mundo no es como lo pensamos, que todo es frio, cruel y seco y que las personas "maduras" no tienen tiempo para soñar, ni para creer en sueños...

Sin embargo desperté... hubiera preferido dormir mil años... sin embargo mis ojso se abrieron como cada mañana...

entré al baño, me vi en el espejo... mis ojos rodeados de unas ojeras que se han quedado desde hace años... unas pequeñas arrugas en la frente que son mas visibles cuando me enojo o estoy confundido, algunas canas que tratan de hacerse notar entre mi cabello negro; un cuerpo con sobrepeso debido a los buenos festines que me he dado y cuyos musculos no he fortalecido desde hace muchos años, enmarcado con una cicatriz que a mi edad no debería de poseer... Ví tantas cosas en mi que siempre me incomodaron y que siempre quise cambiar, ví todo aquello que siempre me perseguía y a veces me atormentaba, pero esta vez, al verme al espejo, sonreí...

Todas esas cosas que no me gustaban antes comenzaron a gustarme, me gusta quien soy ahora, a mis 25 AÑOS!!!!! y me siento mejor que antes!!!