Para mi el llanto siempre estuvo destinado a la tristeza, a la inseguridad, a la frustración y a todos aquellos sentimientos un poco negativos en mi vida.
Jamás limité mis lagrimas. No había motivo para hacerlo. Despues de todo, es mucho mejor dejar fluir los sentimientos de vez en cuando para que no se acumulen y endurezcan el corazón.
Lloré mucho. Lo reconozco.
Incluso lloraba tontamente cuando veía alguna escena romantica en alguna que otra pelicula que veía, lloraba porque mi vida no podía ser como esas cosas que solo se ven delante de una pantalla.

Por lo menos, así era hasta que llegaste tú.

Ahora lloro de alegría. Y la sensación es extraña. Es como si el corazón me explotara y desbordara el mar de sentimientos que me provocas. Es como si las lagrimas que brotan quisieran bañarme de luz y de calidez, como tratando de expresar aquellas cosas que no se pueden hacer con palabras.

Es lindo, no?, llorar de felicidad.